Las tensiones históricas entre Irán e Israel: un conflicto arraigado en la geopolítica de Oriente Medio

El conflicto entre Irán e Israel es uno de los más complejos y duraderos en la política internacional, marcado por enfrentamientos indirectos, rivalidades ideológicas, y un panorama geopolítico cada vez más tenso. En este artículo se explorarán los orígenes de estas tensiones, los acontecimientos más recientes y el impacto de los últimos ataques que sacuden la región, con especial atención al ataque masivo de misiles balísticos lanzado por Irán contra Israel y la incursión terrestre israelí en el Líbano.

Orígenes de la enemistad: la Revolución Islámica y la caída de la relación Irán-Israel

Antes de la Revolución Islámica de 1979, las relaciones entre Irán e Israel eran relativamente cordiales. Durante la época del Sha de Irán, ambos países compartían intereses estratégicos comunes, principalmente debido a su oposición a los países árabes y la influencia soviética en la región. Irán, bajo el liderazgo del Sha Mohammad Reza Pahlavi, reconocía de facto a Israel, y ambos mantenían una cooperación discreta en áreas como defensa, economía y tecnología.

Sin embargo, la Revolución Islámica transformó drásticamente la política iraní. El Ayatolá Ruhollah Jomeini, líder de la revolución y máximo clérigo chiita, instauró un régimen teocrático que rechazaba la legitimidad de Israel y se alineaba firmemente con la causa palestina. Desde entonces, Irán ha sido uno de los principales patrocinadores de grupos militantes que luchan contra Israel, como Hezbolá en el Líbano y Hamás en Gaza. La retórica iraní ha incluido llamadas a la desaparición del Estado de Israel, lo que ha consolidado una enemistad profunda y persistente.

Irán, Hezbolá e Israel: un triángulo conflictivo

En las décadas siguientes, Irán e Israel han sido actores clave en conflictos indirectos, principalmente a través de sus aliados y representantes en la región. Hezbolá, el grupo chiita militante en el Líbano, ha sido uno de los principales beneficiarios del apoyo iraní. Fundado en 1982 con ayuda iraní, Hezbolá ha librado múltiples conflictos contra Israel, incluida la guerra de 2006, que dejó profundas cicatrices en ambos lados.

Israel, por su parte, ha respondido con contundentes operaciones militares y ataques selectivos en Siria y Líbano para debilitar las capacidades de Hezbolá y detener el flujo de armas iraníes. Las tensiones han escalado en diversas ocasiones, pero ambos lados han evitado un conflicto directo a gran escala. No obstante, las tensiones recientes sugieren que este frágil equilibrio está en peligro.

El programa nuclear iraní: Un punto de inflexión

En los últimos años, el programa nuclear iraní ha sido otro punto de fricción clave entre Teherán y Tel Aviv. Israel ha mantenido una posición firme al declarar que no permitirá que Irán desarrolle armas nucleares, argumentando que un Irán con armas nucleares sería una amenaza existencial para el Estado judío. Esta postura ha llevado a múltiples sabotajes y ataques encubiertos, supuestamente perpetrados por Israel, contra instalaciones nucleares iraníes y científicos involucrados en el programa.

Irán, por su parte, ha insistido en que su programa nuclear tiene fines pacíficos, aunque su falta de transparencia y los reportes de enriquecimiento de uranio más allá de los niveles permitidos por el Acuerdo Nuclear de 2015 han alimentado las sospechas israelíes y de la comunidad internacional. La retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear en 2018 bajo la presidencia de Donald Trump y las posteriores sanciones han exacerbado la tensión, haciendo que Teherán acelere su programa nuclear.

Los ataques de Israel a la Franja de Gaza en 2023 y 2024: una escalada sin precedentes

En 2023 y 2024, la Franja de Gaza fue escenario de una de las escaladas más intensas en el conflicto entre Israel y el grupo militante Hamás desde la guerra de 2014. Los ataques comenzaron en mayo de 2023 tras el lanzamiento de cohetes desde Gaza hacia el sur de Israel, una respuesta violenta a las tensiones por las incursiones israelíes en la mezquita de Al-Aqsa y los desalojos de familias palestinas en Jerusalén Este. Este ciclo de violencia desencadenó una serie de bombardeos israelíes que destruyeron infraestructura clave en Gaza y dejaron cientos de muertos, en su mayoría civiles palestinos.

Operación Escudo y Flecha (2023)

La ofensiva de mayo de 2023, conocida como “Operación Escudo y Flecha”, fue una respuesta a los ataques con cohetes lanzados por la Yihad Islámica Palestina desde Gaza. Israel llevó a cabo bombardeos selectivos contra líderes de esta organización y depósitos de armas, pero los ataques también afectaron áreas residenciales densamente pobladas, exacerbando la crisis humanitaria en la Franja de Gaza.

Durante esta operación, más de 30 civiles palestinos murieron y cientos resultaron heridos. Aunque los enfrentamientos se calmaron temporalmente tras un cese al fuego mediado por Egipto, el conflicto subyacente no hizo más que crecer, con Hamás e Israel preparándose para nuevos enfrentamientos.

El conflicto de octubre de 2024 y la masacre del 7 de octubre

El 7 de octubre de 2024, Hamás lanzó un ataque sorpresa contra Israel, en lo que se ha denominado como la “masacre del 7 de octubre”. Combatientes palestinos cruzaron la frontera desde Gaza hacia el sur de Israel, matando a más de mil civiles israelíes y tomando decenas de rehenes. Este ataque fue el más mortífero perpetrado contra Israel en décadas y desencadenó una reacción militar sin precedentes por parte de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).

En respuesta, Israel lanzó una devastadora campaña aérea y terrestre en Gaza. La intensidad de los bombardeos y la incursión terrestre dejó decenas de miles de muertos, incluyendo numerosísimas bajas civiles, mientras que las infraestructuras vitales como hospitales, escuelas y viviendas fueron severamente afectadas. Las FDI justificaron estos ataques como una operación necesaria para desmantelar las capacidades militares de Hamás y evitar futuros ataques contra Israel.

Impacto humanitario y la presión internacional

La ofensiva israelí en 2024 ha generado una profunda crisis humanitaria en la Franja de Gaza, con decenas de miles de personas desplazadas y una destrucción masiva. Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales han denunciado las violaciones de derechos humanos y el uso desproporcionado de la fuerza por ambas partes, aunque Israel sostiene que sus acciones están dirigidas exclusivamente a desmantelar a Hamás y sus capacidades operativas.

Mientras tanto, la comunidad internacional se enfrenta a la difícil tarea de mediar en un conflicto profundamente arraigado, en un momento en el que las perspectivas de una solución a largo plazo parecen cada vez más lejanas. Los ataques de 2023 y 2024 han demostrado que el conflicto entre Israel y Gaza sigue siendo una de las principales fuentes de inestabilidad en Oriente Medio, con implicaciones tanto regionales como globales.

La operación Flechas del Norte y el ataque de misiles: la escalada actual

Las tensiones entre Irán e Israel no son nuevas, pero los últimos acontecimientos en octubre de 2024 sugieren una escalada significativa. En la madrugada de este martes, el Ejército israelí lanzó la “operación Flechas del Norte”, una incursión terrestre en el sur del Líbano dirigida a neutralizar lo que describen como un inminente ataque de Hezbolá. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han justificado esta invasión como una medida preventiva para evitar un ataque similar al perpetrado por Hamás el 7 de octubre en el sur de Israel, que dejó cientos de muertos.

Los intensos combates ya han alcanzado el río Litani, una zona clave para Hezbolá, que utiliza el sur del Líbano como su bastión principal. La justificación israelí se basa en la “doctrina de defensa anticipativa”, un enfoque que históricamente ha utilizado Israel para atacar antes de ser atacado, especialmente contra grupos militantes como Hezbolá que operan desde territorios cercanos a la frontera norte israelí.

La respuesta de Irán no se ha hecho esperar. En la tarde del mismo martes, Irán ha lanzado un ataque masivo con misiles balísticos contra Tel Aviv y Jerusalén, una acción que Israel atribuye directamente a Teherán. Este ataque, que marca una peligrosa escalada en el conflicto, ha sido confirmado por la Guardia Revolucionaria iraní y representa uno de los mayores ataques contra Israel en los últimos años.

Además de los misiles, un atentado en una estación de tranvía en Tel Aviv ha dejado al menos cuatro muertos y siete heridos, lo que ha llevado a un endurecimiento de las medidas de seguridad en todo el país. Mientras tanto, Israel se enfrenta a la amenaza de una guerra en dos frentes, combatiendo tanto en el norte contra Hezbolá como en Gaza contra Hamás.

¿Hacia una guerra abierta?

Los acontecimientos de las últimas horas muestran un claro deterioro en la ya frágil situación de seguridad en Oriente Medio. La operación terrestre de Israel en el Líbano y el ataque de misiles iraníes sobre Tel Aviv podrían ser el preludio de un conflicto más amplio y devastador. Las dos potencias, Irán e Israel, han evitado hasta ahora un enfrentamiento directo, pero las acciones de este martes sugieren que ese escenario es cada vez más probable.

La comunidad internacional observa con preocupación este desarrollo, temiendo que un conflicto abierto entre Irán e Israel podría desestabilizar aún más la región y tener repercusiones globales.