El diario elconfidencial publica hoy que Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid y número uno de Ahora Madrid en la capital, ha decidido finalmente volver a encabezar la candidatura en las elecciones del próximo mes de mayo.
Según fuentes del diario, Carmena anunciaría su intención de presentarse la próxima semana tras reunirse con Pablo Iglesias para limar los últimos flecos pendientes de la candidatura.
Se había rumoreado que la alcaldesa podría no concurrir a los comicios, en parte por su avanzada edad (74 años) y en parte por las discrepancias surgidas con varios miembros de la lista que integró hace ya 3 años. Finalmente parece que tras consultar con su círculo más íntimo y conocedora de que las opciones de conservar la alcaldía sin ella al frente son muy limitadas, habría decidido continuar otra legislatura.
Hace unas semanas este mismo confidencial publicó que el Presidente Sánchez la telefoneó este verano para pedirle que se presentase con el objetivo de conservar el gobierno de izquierdas en la capital de España.
Ahora se espera que sean el PP y el PSOE quien muevan ficha y anuncien sus candidatos a la alcaldía, ya que únicamente Begoña Villacís parece confirmada como candidata de Ciudadanos.
La de Madrid será una de las luchas electorales más ajustadas en la que una vez más un puñado de votos podría decantar la balanza entre un Gobierno de izquierda, centro o derecha.

Carmena pretende rodearse de un grupo de fieles a ella, de su confianza. Eso es sencillamente caudillismo, egocentrismo, soberbia y cortedad de miras, la gente que se cree que puede prescindir de los demás, acaba creyendo que sólo ellos son importantes.
Si en vez de buscar un programa compartido en lo político y democrático en lo organizativo, todas las prioridades se reducen a ir al rebufo de una persona notable, podemos aventurar que la política estará muerta. En referencia al ‘carmenismo’, aun sin citarlo directamente, se advierte de que «los proyectos basados en el culto a la personalidad, incluso cuando empiezan con funcionamiento democrático, no suelen llegar a buen puerto».
Lo que importa realmente es el programa muy por delante de las personas, de cualquier persona incluida Carmena con lo importante que esa.
La clave es plantear consensos programáticos y no solo gente maravillosas que se presente. Las ideas para mí son más importantes que las personas, desde luego.