El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha asegurado este jueves que seguirá coordinando la lucha contra la “lacra” de los discursos de odio pese a que la oposición pide su dimisión tras el falso caso de homofobia del joven de Malasaña. Según ha explicado, la Policía no le trasladó antes de ayer por la tarde ninguna sospecha sobre las incoherencias del denunciante y el Ministerio informó en cuanto tuvo conocimiento.
“Me enteré ayer a la tarde cuando declara el denunciante sobre los hechos y modifica su declaración. Buena prueba de ello es que el propio ministro del Interior, conocedor de lo que este asunto había traído a la opinión pública, dio la noticia y expuso lo que había acontecido en el transcurso de la investigación”, ha señalado.
A preguntas de la prensa en un acto de inauguración de un puesto de la Guardia Civil en Madrid, Grande-Marlaska ha insistido en la importancia de “no banalizar” los delitos de odio, una “lacra” que ha dicho que hay que afrontar, en su caso como “responsable de la coordinación” policial, debido al incremento de casos en los últimos años.
El ministro ha reconocido el daño que hace al colectivo LGTBI la simulación de un delito, como ocurrió en el caso del joven de Malasaña que, en realidad, consintió las lesiones en cara y glúteo que en un principio denunció en comisaría como un agresión de ocho encapuchados en pleno centro de Madrid a las cinco de la tarde.
“La Policía no había dado sospechas. Estas investigaciones son complejas, hay muchas hipótesis de trabajo hasta que al final se desarrolla y concluye”, ha señalado Grande-Marlaska, subrayando que fue ayer por la tarde cuando se enteró de la falsedad del testimonio del joven.
Artículo elaborado por EM a partir de un teletipo de
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