Las elecciones presidenciales en Estados Unidos se celebrarán el martes 3 de noviembre de 2020. Hasta entonces nos espera un largo camino, que finalizará con las nominaciones de los candidatos por los dos grandes partidos: el republicano (donde no se esperan sorpresas y se da por hecha la continuidad de Trump) y el demócrata.
La atención, por lo tanto, se centra ahora en el campo demócrata, donde más de una veintena de personas han presentado públicamente su candidatura para las primarias. Los días 26 y 27 de junio se han celebrado los dos primeros debates entre aspirantes. Son solo el primer paso de una larga carrera que llevará a los demócratas estadounidenses a elegir al candidato que se enfrentará a Trump en las elecciones de 2020.
Los debates han servido para dar difusión a los candidatos menos conocidos ante la opinión pública, y para poner en primer plano algunos temas que pueden ser el eje de la campaña, como son la inmigración y el peso mayor o menor del sector público y las políticas sanitarias, entre otras.
Joe Biden, exvicepresidente con Obama, es de momento el candidato destacado. Hasta ahora le seguía, en solitario y a considerable distancia, el conocido «socialista» Bernnie Sanders. Pero las cosas han cambiado un poco:
Tras los debates, las senadoras Elizabeth Warren se ha confirmado como alternativa a Biden y Sanders, pero, sobre todo, la californiana Kalama Harris, han ganado posiciones y se acerca decididamente al dúo de cabeza.
Faltan más de siete meses para la celebración del primer caucus demócrata en Iowa, pero la carrera ya está lanzada. Mientras tanto, lejos queda, aún, la confortación de quien resulte ganador con el actual presidente, Donald Trump, que será el candidato republicano.
De momento, las encuestas otorgan a casi todos los candidatos demócratas el triunfo frente a Trump.
Biden arrollaría al actual presidente en un hipotético cara a cara, con un cómodo margen que hoy por hoy es de 10 puntos, Sanders haría lo mismo, y en general, de momento, parece que todos los demócratas con opciones superarían el umbral del 3% de ventaja sobre Trump, único que garantiza un triunfo en el colegio electoral. Recordemos que en 2016, Hillary Clinton, a pesar de superar a Trump en más de dos puntos, perdió las elecciones por culpa del curioso sistema electoral americano.
Pero todo eso queda muy lejos y realmente no está aún en cuestión. Ahora no se trata de enfrentarse a Trump sino a los propios compañeros de partido. Y la batalla va a ser encarnizada. Para Sanders probablemente será la última oportunidad, para Biden este es el momento óptimo y para Harris y Warren se abren interesantes posibilidades.
Tras los debates de estos días, parece que todo se concentrará en estos cuatro candidatos, aunque en cualquier momento puede aparecer, como siempre en estas campañas, el «candidato sorpresa».
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