Como cada jornada electoral, todos nos aferramos a los datos del primer avance de participación para intentar averiguar por dónde pueden ir los tiros con los resultados, en base al electorado que componen las zonas o municipios objeto de estudio.
A sabiendas de que la validez científica es casi nula, es un juego que entretiene y da para pasar gran parte de la jornada a la espera del cierre de los colegios.
En un contexto como el actual, en medio de una pandemia y votando un día laborable y sin colegios tras una campaña muy polarizada, hay varios factores a considerar:
- Los datos del primer avance de participación son muy ‘parciales’.
- Las comparativas de la distribución del votante medio entre un domingo y un día laborable no son directas.
- El aumento o la disminución de la participación en feudos puede indicar reforzamiento del bloque o, quizás, todo lo contrario y que se movilice el bloque no predominante que suele ‘darlo por perdido’.
- En pandemia no se vota igual, ni en la misma proporción ni a la misma hora.
- Hay franjas horarias recomendadas para votar que podrían haber hecho que parte de la participación a mediodía no entrase en el primer avance.
- El voto por correo, cuenta, y supone que un 5% del electorado ya ha votado, y no se considera en los avances.
- El voto por correo no tiene por qué distribuirse de forma homogénea en toda la CAM.
- Estas elecciones se vota en clave diferente a las anteriores autonómicas y/o generales.
- La comparativa con 2019 se hace con unas elecciones en las que el comportamiento electoral madrileño no fue el tradicional.
- Las colas para votar influirán también en lo que haga el elector medio (ahuyentarán o atraerán a más electores).
Teniendo en cuenta todo esto, ¡felices elucubraciones! Nos vemos a las 19:00
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