El partido conservador británico está sumido en una nueva guerra civil interna, esta vez propiciada por el ex-PM Boris Johnson quien parece quiere echar un pulso a la figura de Rishi Sunak.
Boris Johnson anunciaba hace unas horas su renuncia al escaño que poseía en el Parlamento británico y, junto a él, otros dos miembros destacados del partido conservador hacían lo mismo. La renuncia al cargo, debido al sistema de elección del país, obliga a celebrar elecciones parciales en las circunscripciones que les dieron el mandato.
No tuvo que pasar mucho tiempo hasta que Johnson se pronunciara públicamente, afirmando que había al menos otros 6-7 tories que podrían seguir sus pasos y provocar unas elecciones parciales sincronizadas que pondrían en aprietos al Primer Ministro, ya que los conservadores están en un muy mal momento electoral y perder estos asientos dejarían tocado al PM, visto como una especie de ‘pato cojo’ hasta las próximas generales.
Por su parte, Sunak ha restado importancia al movimiento de Johnson y afirma que su objetivo es capitanear el país hasta las elecciones de 2024, mientras el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, ha pedido la convocatoria de nuevas elecciones ante ‘el esperpento’ de sus rivales.
El malestar en el partido conservador es mayúsculo, pues muchos miembros destacados creen que Johnson está intentando boicotearles desde dentro y piden que no se le permita postularse en las próximas elecciones, mientras otros temen que existan más partidarios del ex-PM que puedan decidir ‘suicidarse políticamente’ entregando sus circunscripciones a los laboristas o LibDems convocando elecciones parciales.
Con la perspectiva de unas nuevas generales en menos de un año, este ‘daño controlado’ no es descabellado, pues un relevo en el liderazgo del partido podría generar una ola pro-tories que podrían aprovechar para recuperar sus asientos, si bien algunos analistas creen que quienes más beneficiados saldrían de todo esto serían los laboristas, que lideran las encuestas con gran ventaja.
Con rumores sobre la intención de Johnson de disputar de nuevo el liderazgo conservador, lo cierto es que en unas horas se publicarán las conclusiones del Comité 1922 sobre la conducta parlamentaria e institucional de Johnson, que podría suponer su muerte política en el corto plazo. Y Johnson parece que quiere morir matando…
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