El presidente del gobierno ha propuesto hoy que se emprenda inmediatamente una reforma de la Constitución para eliminar los aforamientos de los políticos. La reforma podría estar en vigor antes de fin de año.
Al tratarse de una medida que afectaría al ámbito del artículo 167 de la Constitución (artículos no especialmente protegidos y que no requieren referendum salvo que lo pida una décima parte de cualquiera de las cámaras), bastaría la aprobación de la reforma por Congreso y Senado (dos tercios de los votos en ambos casos), o, en caso de desacuerdo, aprobación por el Congreso siempre que se consiga al menos la mayoría absoluta del Senado.
El proyecto de Sánchez viene a recoger una petición tradicional de Ciudadanos, y también parece que contaría sin problemas con el apoyo de Unidos Podemos y otros grupos.
De esta forma, todo quedaría en manos del Partido Popular, que tiene la prerrogativa de impedir la reforma al disponer de mayorías de bloqueo tanto en el Congreso como en el Senado. Quizás, precisamente, es esta una de las virtualidades de la propuesta: el hecho de que el Partido Popular tenga que tomar partido cuando, con anterioridad, durante los dos años anteriores, no a llevó a cabo este extremo de su acuerdo de legislatura con Ciudadanos.
Recordemos, que Pablo Casado tiene pendiente de revisión por el Supremo (en virtud de su aforamiento) el asunto de su máster, del que, además, se sigue sin tener acceso al Trabajo de Fin de Máster.
La propuesta de Sánchez parece tener, por tanto, un claro destinatario: el Partido Popular y, en concreto, su líder.
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