Hace unos días Europa Press publicaba una nota de prensa con la reivindicación de la Asociación para la Siberia, Serena y Vegas Altas sobre la creación de una tercera provincia en la CCAA de Extremadura que englobase los municipios de dichas regiones, unas de las ‘más abandonadas’ de la Comunidad.
Lo cierto es que los municipios de estas zonas, particularmente los correspondientes a la Siberia y Cijara en la provincia pacense, como Herrera del Duque (localidad donde Carmen Sevilla tenía la finca de sus famosas ‘ovejitas’), se encuentran a más de 250 kilómetros de su capital (Badajoz), mientras que se encuentran a la mitad de distancia de Ciudad Real, Toledo o Puertollano y a casi la misma de Madrid, lo que les hace prácticamente dependientes de la Diputación de Badajoz.

Sus homólogos cacereños tampoco corren mejor suerte, y es que Guadalupe se encuentra a algo menos de 2 horas por carretera de Cáceres, teniendo algo más cerca a Talavera de la Reina (Toledo). Por supuesto ninguna de estas localidades tienen infraestructuras por vía férrea hacia las ciudades principales de sus provincias, siendo el coche o el autobús las únicas opciones de transporte.

Paradójicamente todos ellos comparten «cercanía» con Don Benito, la mayor ciudad de la zona con 62.000 habitantes, que está situada a una hora de casi todas estas localidades.
La Asociación vecinal reclama que una tercera provincia que les englobe, con Don Benito como capital, les daría más posibilidades para prosperar ya que no dependería de Diputaciones y reivindica que por población, su nueva capital igualaría o superaría a otras como Zamora, Ávila, Cuenca, Huesca, Segovia, Soria o Teruel.
Parece que comienza así una nueva reivindicación en el seno extremeño, acusando en esta ocasión al Gobierno autonómico de lo mismo que su Presidente acusaba al Gobierno Central: la situación de abandono a la que está sometida la zona.
Hay mucho hiperventilado.
Mi posición, igual que la de muchos compañeros de la izquierda independentista es clara al respecto, si quieren negociar que negocien, ahora, que no nos vendan humo. El gobierno que se viene no será ni republicano ni de izquierdas, será un gobierno progre más, con todas sus performances progres y sus bonitos discursos, pero a la hora de la verdad ni quitarán la ley mordaza (es más han hecho una nueva ley mordaza) ni quitarán la reforma laboral del PP, ni intervendrán el mercado de la vivienda, ni se meterán contra los bancos ni contra las oligarquías ni contra las cloacas del estado.
Cuánto a Catalunya no parará la represión, ni aceptarán un referéndum, ni aceptarán nuestra nacionalidad ni nuestra soberanía ni nada. ERC investirá a Sánchez a cambio de cualquier mierdecilla que les dé, y esa estrategia no es para llevarnos a la independencia, como venden, sino para gobernar en Catalunya.
Por tanto que no esperen nuestras alabanzas.