El presidente de Vox, Santiago Abascal, ha expresado su deseo de que la moción de censura que han registrado este lunes y que encabezará el economista independiente Ramón Tamames se debata en el Congreso antes de abril para que, si prosperase, el nuevo Gobierno pudiese adelantar las elecciones generales con tiempo suficiente para hacerlas coincidir con las autonómicas y municipales del próximo 28 de mayo.
La fecha del debate depende de la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, pero Abascal ya ha recordado los precedentes que existen con las cinco enmiendas anteriores, entre una semana y 30 días desde su presentación.
Su deseo es que se debata “lo antes posible” y sólo ha avanzado una fecha tope que reclama: el 4 de abril, que es cuando correspondería disolver las Cortes para poder celebrar elecciones generales el 28 de mayo junto con las autonómicas y municipales. Y es que su principal objetivo es celebrar elecciones cuanto antes para desalojar al Gobierno de coalición.
LA MESA DECIDIRÁ CUÁNDO PONE EN MARCHA EL RELOJ
Una vez registrada, empieza a correr el reloj para su debate. Conforme al Reglamento, el primer trámite de la moción de censura es la calificación del escrito por la Mesa del Congreso, que debe comprobar si cumple los requisitos formales que se exigen: la firma de al menos una décima parte del Congreso (35 diputados) y el nombre de un candidato a la Presidencia.
En este caso, no está garantizado que dé tiempo a que la Mesa califique el escrito en su reunión de día siguiente, ya que lo habitual es cerrar la agenda del órgano de gobierno de la Cámara con lo que se haya registrado hasta el sábado anterior.
Ahora bien, dada la excepcionalidad del mecanismo de la moción de censura, la Mesa podría acceder a dar su visto bueno el mismo martes. Una vez calificado el escrito, sea este martes 28 de febrero o a la semana siguiente, 7 de marzo, se remitirá al presidente del Gobierno y a los portavoces de los distintos grupos parlamentarios para que se den por enterados y lo estudien.
Ahí es cuando se abrirá un plazo de dos días para dar la oportunidad de presentar mociones con candidatos alternativos, para las que se exigen los mismos requisitos y que, en su caso, se debatirán conjuntamente.
Para dar tiempo a este proceso, la votación de la moción o mociones de censura no podrá tener lugar antes de cinco días desde la presentación del primer escrito, pero la fecha dependerá de la Presidencia del Congreso. Es previsible que la Cámara tenga en cuenta la agenda del Gobierno y que sondee a los principales grupos.
Así las cosas, en la Cámara no se prevé que el debate se fije antes de mediados de marzo. Según aseguran desde Presidencia del Congreso, se obrará en función de los precedentes, que a lo largo de estos años ya son variados.
PRECEDENTES DIVERSOS
La última moción de censura de Vox tardó 21 días en debatirse desde su presentación. Pero la que presentó Pedro Sánchez en mayo de 2018 sólo tardó una semana escasa en llegar al Pleno, y es que en aquella ocasión el PP optó por precipitar la fecha convencido erróneamente de que, tras aprobar los Presupuestos del Gobierno, la censura del PSOE estaba destinada al fracaso.
Más tiempo se tomó el PP de Mariano Rajoy y Ana Pastor con la moción de censura de Pablo Iglesias, que se registró un 19 de mayo y se debatió el 13 de junio, casi un mes después. La iniciativa de Podemos no tenía opciones de prosperar, pues no la apoyaba ni el PSOE, y el PP no tuvo prisa en debatirla.
La mecánica del debate prevé que el candidato sea presentado ante el Pleno por uno de los diputados firmantes, que en este caso Vox ya ha adelantado que será el propio Abascal. En 2020, él mismo era el candidato y fue presentado por su entonces cabeza de cartel a las elecciones en Cataluña, Ignacio Garriga, el mismo papel que desempeñó el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, en 2018 con Sánchez, y la ‘número dos’ de Podemos, Irene Montero, con Pablo Iglesias en 2017.
Conforme a los usos parlamentarios, el candidato va debatiendo con el Gobierno, que elige quien le da la réplica, y con los distintos grupos parlamentarios. En todo caso, el candidato impone el ritmo y en este caso Ramón Tamames, de 89 años, decidirá cómo responderá a los demás grupos. Salvo que los turnos de palabra se reduzcan al mínimo, al día siguiente llegará la votación, que es pública y por llamamiento, con cada diputado manifestando a viva voz el sentido de su voto.
Para prosperar, la moción de censura exige recabar la mayoría absoluta del Congreso (176 votos), un objetivo que se antoja inalcanzable dadas las posiciones expresadas por los grupos en las últimas semanas.
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