El ingreso mínimo vital (IMV) se puede solicitar ya a través de la sede electrónica de la Seguridad Social y, cuando sea posible por la fase en la que se encuentren, en los Centros de Atención e Información presenciales de la Seguridad Social.
El plazo para presentar las solicitudes se extenderá en los meses de junio, julio y agosto, de manera que todas las presentadas en esas fechas y que resulten aprobadas, se reconocerán con efecto retroactivo desde el 1 de junio. Por otro lado, y sin necesidad de hacer ninguna gestión, se está procediendo a reconocer de oficio la prestación a unas 75.000 familias que reciben ya la ayuda por menor a cargo. Está previsto gestionar el primer pago de esta ayuda a partir del 26 de junio.
Los requisitos básicos para acceder a la prestación es que el titular tenga entre 23 y 65 años (salvo menores a cargo), más de un año de residencia legal y efectiva en España, y que el patrimonio, descontada la vivienda habitual, sean inferior a tres veces el importe de la renta garantizada. Los importes a recibir dependerán de la situación de la familia, pero en general variarán entre los 461 y los 1.100 euros mensuales.

He visto varios comentarios alegando que no es posible/probable que los liberales y la izquierda alternativa se pongan de acuerdo para unos PGE. Discrepo, por varias razones.
El único argumento que he visto utilizado para sostener la mencionada exposición es que ‘económicamente no son compatibles’. ¿En qué se basa este argumento?
¿Supongo que en la percepción de que la izquierda quiere subir los impuestos y los liberales los quieren bajar?
En mi opinión, dicha percepción no es necesariamente cierta. En el fondo, la izquierda no quiere subir los impuestos porque sí, sino porque necesita recursos adicionales para financiar medidas sociales generosas. Los liberales no están en contra de medidas sociales por defecto, y muchos incluso están activamente a favor de ellas. Por consiguiente, no discrepan en el fondo; discrepan solamente en como generar los recursos necesarios para financiar ciertas medidas. Con voluntad política, es bastante fácil resolver semejante disentimiento. Por ejemplo, se podría combinar una limitada subida de impuestos que no afecte a la inversión empresarial y una reducción del gasto ya existente sin tocar las partidas de los servicios públicos básicos.
Lo mismo pasa con el déficit y la deuda. La izquierda no los quiere aumentar porque les gusta tener una deuda elevada, o eso espero. Una vez más, existe muy poca discrepancia en el fondo que es resoluble con una mínima voluntad política por parte de ambos sectores del espectro político.
Más difíciles son los temas como el control del precio del alquiler, donde parece haber un choque directo entre las dos posturas. En el fondo, sin embargo, el objetivo de ambos lados es el mismo – que la vivienda sea asequible para la gran mayoría de los ciudadanos. Esto no tiene porque ser ni por la vía que proponen los liberales (liberalización del suelo) ni por el método de la izquierda (controlar el precio). Hay varias soluciones alternativas que podrían valer para las dos partes, y encontrar éstas será la labor clave del PSOE/centro-izquierda.
Podría seguir así con todas las discrepancias que existen, pero creo que la tendencia ya queda clara. Existen notables diferencias, pero se reducen drásticamente si profundizamos un poco en cada postura. Si además el PSOE juega un papel eficiente a la hora de encontrar soluciones moderadas y aceptables para los liberales tanto como para la izquierda alternativa, no será tan improbable que lleguen a un acuerdo para los PGE.
Como dicen mis amigos de la izquierda alternativa sobre muchos otros temas, ‘es cuestión de voluntad política’.