Finalmente la situación se ha desbloqueado y Pedro Sánchez se ha ofrecido al rey para intentar la investidura, ofrecimiento que el rey ha aceptado inmediatamente.
Pedro Sánchez dispondrá de un plazo aproximado de un mes para hablar con todos y conseguir lo que él llama “un gobierno progresista y reformista“. A preguntas de los periodistas no ha aclarado qué entiende exactamente como tal, de lo que se deduce que intentará llegar a acuerdos tanto por su derecha como por su izquierda, aunque de entrada el PP parece totalmente excluido. Los platos fuertes de la negociación serán, por tanto, Pablo Iglesias y Albert Rivera. Pero hará falta más.
Según Sánchez lo primero será hablar de “programa, programa, programa”, para, solo después, si es que hay un acuerdo, decidir si se constituye un gobierno exclusivamente socialista o hay que negociar repartos de carteras con otras formaciones políticas.
El mes de febrero va a ser muy movido.
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