Chile elige Presidente entre dos proyectos de país totalmente opuestos

La segunda vuelta presidencial de Chile de hoy, 14 de diciembre de 2025, enfrenta dos proyectos de país nítidamente confrontados: la continuidad del bloque progresista que encabeza Jeannette Jara y una apuesta de giro duro a la derecha representada por José Antonio Kast, que arriba a la jornada como claro favorito en casi todas las encuestas publicadas antes de la veda.​

Del 16 de noviembre al balotaje

La primera vuelta del 16 de noviembre dejó a Jara en primer lugar con alrededor de un 27% de los votos, seguida por Kast, que rozó el 24%, en un escenario extremadamente fragmentado donde las distintas candidaturas de derecha sumaron, en conjunto, más sufragios que el oficialismo. Con una participación cercana al 85%, fue la elección más masiva desde el retorno a la democracia, confirmando el carácter plebiscitario de esta disputa sobre el rumbo del país tras el ciclo de Gabriel Boric.​

Desde la noche misma de la primera vuelta el sistema político se reordenó alrededor del duelo Jara–Kast: el oficialismo buscó ampliar su base hacia el centro y apropiarse de algunas banderas de antiguos rivales, mientras que la derecha tradicional y buena parte del voto de Franco Parisi cerraron filas detrás del candidato republicano. La campaña de segunda vuelta, marcada por el eje seguridad–protección social, se desarrolló en un clima de fuerte polarización y con una sucesión de debates que apenas alteró el cuadro general mostrado por los sondeos.​

Lo que muestran las encuestas

Los promedios de encuestas nacionales proyectan una ventaja sostenida de Kast sobre Jara desde la semana posterior a la primera vuelta, con márgenes que en la mayoría de estudios oscilan entre los 10 y los 18 puntos. Casas demoscópicas como Cadem o AtlasIntel han medido niveles de intención de voto para el aspirante republicano por encima del 55%, mientras que la candidata oficialista se ha movido entre el 35% y el 42%, a pesar de una cierta remontada en los últimos tracking antes del inicio de la prohibición legal de difundir encuestas.​

Desde los primeros sondeos tras la primera vuelta, Kast aparece siempre por encima del 50% de las preferencias válidas, con picos superiores al 56%, mientras que Jara permanece anclada en la franja del 34–37%, y el bloque de indecisos o “no sabe/no responde” se va reduciendo conforme avanza la campaña. Ese cierre de la brecha entre preferencias declaradas e indecisos ayudó a consolidar la percepción de que el republicano llega al balotaje como “presidente en espera”, algo que refuerzan también los indicadores de expectativa de triunfo, donde más de seis de cada diez encuestados creen que Kast será el próximo jefe de Estado.​

Claves políticas de la segunda vuelta

La gran incógnita de la jornada reside en el comportamiento del voto Parisi, convertido en tercera fuerza con casi un 19% en la primera vuelta y con un electorado heterogéneo, urbano, juvenil y fuertemente antipartido. Las encuestas sugieren que una mayoría relativa de esos votantes se inclinaría por Kast, pero con bolsas importantes de abstención y un segmento menor, aunque relevante, dispuesto a respaldar a Jara en rechazo a un giro conservador radical.​

Otro factor decisivo es la movilización territorial: el oficialismo concentra sus fortalezas en la capital y en regiones con fuerte presencia de sindicatos y movimientos sociales, mientras que la derecha busca maximizar su ventaja en las zonas periféricas castigadas por la delincuencia y la migración descontrolada. En este contexto, la elección vuelve a funcionar como un referéndum sobre orden versus derechos sociales, en un país aún atravesado por la memoria del estallido de 2019 y por dos procesos constituyentes fallidos.​

Perfil de Jeannette Jara

Jeannette Jara (51 años) es abogada y administradora pública, militante histórica del Partido Comunista y exministra del Trabajo y Previsión Social del gobierno de Gabriel Boric hasta abril de 2025. Su perfil combina una trayectoria sindical y estudiantil con experiencia en gestión estatal, y ha sido la cara visible de la reforma previsional que buscó sustituir el sistema de AFP por un modelo mixto con fuerte pilar solidario.​

En campaña se ha presentado como garante de la continuidad del proceso de ampliación de derechos sociales, con énfasis en salario mínimo, negociación colectiva, cuidados, salud y pensiones, pero también con un discurso algo más moderado que el del PC clásico para dialogar con el centroizquierda y sectores independientes. Frente a la agenda de mano dura de su rival, Jara defiende una política de seguridad que combine fortalecimiento policial con inversión social en barrios vulnerables, y reivindica el multilateralismo y el respeto a los derechos humanos como ejes de la política exterior chilena.​

Perfil de José Antonio Kast

José Antonio Kast (59 años) es abogado, exdiputado y líder del Partido Republicano, una fuerza situada en la ultraderecha del espectro político chileno, para quien esta es la tercera campaña presidencial tras sus intentos de 2017 y 2021. Se declara católico conservador, ha defendido la herencia económica del pinochetismo y mantiene afinidad ideológica con figuras como Donald Trump y Jair Bolsonaro, lo que lo ha convertido en referencia de la nueva derecha dura latinoamericana.​

Su programa pivota sobre tres ejes: restaurar el orden mediante tolerancia cero con la delincuencia, endurecer drásticamente la política migratoria con expulsiones masivas de irregulares, y consolidar un modelo económico liberal con rebaja de impuestos y reducción del tamaño del Estado. Kast ha conseguido articular en torno a su figura un amplio bloque que va desde la derecha tradicional hasta sectores libertarios y evangélicos, capitalizando el malestar con la inseguridad y la frustración por las promesas incumplidas del ciclo progresista.​

En este escenario, Chile llega al balotaje de hoy ante una disyuntiva histórica: optar por la continuidad reformista de izquierda, obligada a pactar con el centro y a gestionar un Congreso fragmentado, o apostar por una agenda de ruptura conservadora que promete orden inmediato y cambios económicos pro mercado, pero que despierta fuertes temores en el campo progresista y entre quienes recuerdan los costos autoritarios del pasado.