Consuelo Ordóñez continúa con una visión diferente sobre el trato privilegiado a los presos etarras

Consuelo Ordóñez es la actual presidenta de Covite (Colectivo de víctimas del terrorismo), a quien ETA privó de su hermano, Gregorio Ordóñez, destacado dirigente del PP vasco, en un asesinato perpetrado en 1995. Posteriormente, ella misma fue amenazada por la banda terrorista durante largos años.

En los últimos días está realizando declaraciones en las que se desmarca de la línea de crítica que siguen algunos partidos de la oposición. Ha afirmado, por ejemplo, que los gobiernos del PP acercaron a 466 reclusos de ETA a sus domicilios durante sus años de gobierno, o que “no le importa nada” que algunos reclusos salgan de aislamiento o mejoren su situación dentro de los centros penitenciarios.

Por ejemplo, ante la decisión del centro de Huelva de cambiar la situación de Txapote’, condenado por ser el autor material del asesinato de Miguel Ángel Blanco, declaró que «no tenía ni idea de que estaba en aislamiento. No me importa nada que lo hayan sacado, soy una privilegiada porque de los asesinos de mi hermano, uno ha estado en la cárcel y los otros siguen estándolo. La mitad de las víctimas del terrorismo no han tenido la misma suerte».

En otro tuit, ante otro de Albert Rivera, siguió en la misma línea.

Las dos sensibilidades presentes entre las víctimas del terrorismo pueden acabar enfrentadas ante sus tomas de postura, radicalmente diferentes, sobre las decisiones que está adoptando el gobierno en la materia. En este sentido, Ordóñez está poniendo el énfasis en las víctimas olvidadas, y en la hipocresías de muchas decisiones políticas sostenidas en el presente, tanto por los partidos del gobierno como también por los de la oposición.