Hace unos días os comentábamos el revuelo ocasionado en Asturias con la aprobación de los Presupuestos del Principado, que finalmente vieron la luz por la decisión de una diputada de Ciudadanos de saltarse la disciplina de voto y una similar de un diputado de Foro Asturias, que hacía lo propio.
En el artículo comentábamos el delicado momento que vive la formación de Francisco Álvarez Cascos, con dos facciones enfrentadas que amenazan con romper el partido. Lo que muchos desconocen es que el verdadero motivo que ha llevado a la confrontación son las diferencias políticas insalvables que enfrentan a unos y otros, que suponen dos modelos antagónicos de partido político.
Por un lado están los casquistas, son los integrantes de la formación que tienen como referente al ex-Ministro de Aznar, Cascos, y que supone el área más conservadora de la formación. Entre sus pretensiones se encuentran una oposición frontal a las políticas del PSOE y a llegar a cualquier tipo de entendimiento con formaciones a la izquierda del PP.
Los casquistas, los minoritarios actualmente en la directiva de Foro, creen que la formación debe mirarse en el espejo de Navarra Suma, intentar alcanzar acuerdos con PP, Ciudadanos o incluso Vox, para maximizar su presencia en las instituciones y arrebatar el Gobierno a la izquierda. Su apuesta es un giro a la derecha en la región y consideran que el asturiano no debe ser lengua oficial.
En la última Junta Directiva del partido, los casquistas reclamaron acceder a la misma pese a las advertencias de la misma de que ya no formaban parte de la ejecutiva del partido, y llegaron a llamar a la policía para solicitar que les autorizase el acceso.
Por otro lado están los moriyonistas, que actualmente suponen la mayoría en la ejecutiva de Foro, que son los dirigentes que creen en la línea marcada por la exalcaldesa de Gijón, una especie de “Carmena de la derecha”, de corte moderado conservador. Estas personas creen que el futuro del partido pasa por presentarse como defensor del interés general de los asturianos, y si para ello hubiera que llegar a acuerdos con el PSOE, estarían dispuestos a hacerlo. Defienden la cooficialidad del asturiano.
La apuesta de Moriyón, actual número 1 del partido, pasa por seguir los pasos del PNV, es decir, defender una gestión conservadora que prime los intereses de Asturias a una línea dura política del partido, y aspirar a tener peso en el Congreso actuando como “partido bisagra” que pudiera pactar con una u otra formación, de izquierdas o derechas, obteniendo concesiones para el Principado.
Por el momento, Foro permanece unido en la división, al estilo del país belga, donde ambas facciones conviven de forma prácticamente independiente intentando evitar lo inevitable: la ruptura. Pero pronto podría producirse el cisma, y es que la cuestión de la cooficialidad del asturiano, uno de los puntos que el socialista Barbón pretende acometer esta legislatura, cuenta con el apoyo de los partidos de izquierda pero necesita un escaño más para ver luz verde. Un voto, un escaño, que podría ser el del diputado moriyonista de Foro, y que con su SÍ podría desatar una crisis que obligase a refundar la formación para uno u otro lado.
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