Johnson pierde la votación en Wetsminster. Posible adelanto electoral

Actualización: El Parlamento británico acaba de perder la votación celebrada hoy. Se ha convocado una nueva votación para mañana en la que se decidirá definitivamente si se cierra la posibilidad de un Brexit sin acuerdo.

Hoy (por el 3 de septiembre) es uno de esos días cruciales, definitivos, únicos, que tanto abundan últimamente en la política británica, hasta convertirse en habituales.

Tras la reciente petición por parte del flamante nuevo primer ministro, Boris Johnson, para que la reina suspenda en fechas próximas al Parlamento, y así tener las manos libres para llevar a cabo un Brexit a su manera antes de la fecha límite del 31 de octubre, hoy ese mismo parlamento ha reanudado sus sesiones en una tensa sesión en la que Johnson se está llevando sonoros abucheos mientras los parlamentarios planean un golpe de efecto que desbarataría los planes del primer ministro.

De entrada, la exigua mayoría absoluta de que disponían hasta hoy los conservadores se acaba de esfumar con la marcha de un diputado tory al grupo de los Liberal-Demócratas.

A partir de ahora, incluso contando con el apoyo de los diez unionistas norirlandeses que unen sus votos a los del Partido Conservador, el conjunto de la oposición ha igualado en fuerza a los apoyos gubernamentales. Y eso sin contar con las deserciones ocasionales y la habitual indisciplina de voto que, en cuestiones cruciales, suele vivirse en la cámara londinense.

Por eso mismo, en una votación que podría celebrarse a las diez de esta misma noche, el Parlamento puede llegar a aprobar una resolución que obligaría a Johnson, en contra de su voluntad, a solicitar a la U.E. un nuevo aplazamiento del Brexit, más allá del 31 de octubre. De ser así, y si el primer ministro no desea tener que ejecutar ese mandato, no le quedaría más opción que convocar elecciones de manera inmediata. Se baraja incluso la fecha del 14 de octubre, para así disponer de un parlamento nuevo con capacidad decisoria antes del fatídico 31 del mismo mes.

El arma que sí tiene en su mano Johnson es, precisamente, su fortaleza electoral, unida a la amenaza velada de apartar de sus distritos a los críticos de su propio partido. Desde su llegada al gobierno, hace poco más de un mes, el Partido Conservador ha subido más de seis puntos en el promedio de encuestas, aventaja ya en diez a los laboristas, y nuestra proyección le otorga una mayoría absoluta suficiente que le haría no depender ni siquiera de los unionistas norirlandeses.

Aunque lo que ocurra esta noche en los debates y en esa probable votación parlamentaria, puede dar un nuevo vuelco a la situación y… a las encuestas.