El debate sobre la posibilidad de rebaja de la jornada laboral legal, establecida con carácter general en España en las 40 horas semanales, puede llegar a ser uno de los más importantes en los partidos situados a la izquierda del PSOE, y situarse como un reto serio para el final de la legislatura.
Más País, con el apoyo de sindicatos como UGT; planteó a principios de año al Ministerio de Industria la implantación de un proyecto piloto para reducir la jornada laboral. La idea sería establecer un complemento por reducción de jornada variable a lo largo de tres años, a cargo del Estado, y que vendría a compensar los costes salariales que deberían absorber las empresas que se apuntaran al plan. Es decir, sería una experiencia limitada a un grupo grupo de empresas de mediana dimensión, que se apuntarían voluntariamente y que contarían con la tutela pública para llevarlo a cabo.
La prolongación de la pandemia y la complicada situación económica han hecho que finalmente no se emprenda el proyecto para 2021, pero fuentes oficiales sostienen que sigue en cartera para 2022. Según algunos experimentos similares, trabajar 32 horas a la semana, en lugar de los 40 habituales, redunda en una mejora en la actitud y la productividad de los trabajadores, con mayor implicación en la empresa, lo cual compensaría en descenso de horas trabajadas, sirviendo además como un mecanismo para “captar talento”, al atraer a los mejores.
Las mayores dudas se trasladan al momento en que la jornada se generalizase al conjunto de la sociedad. Además de las dificultades de implantación en muchos sectores que exigen por su propia naturaleza una actividad presencial y largas exposiciones al público, las asociaciones empresariales sostienen que ni la mejora de la motivación podría compensar el enorme descenso de la producción global, haciendo inviable la medida y condenando a las empresas al cierre o la reducción de personal. Otros sectores sociales creen, en cambio, que implicaría una mejor y más eficiente reordenación del trabajo disponible.
En este contexto, Ione Belarra ha dado un paso más al proponer, durante un curso de verano de la Complutense, el estudio incluso de una rebaja de la jornada a 20 horas semanales. Según la líder de Podemos, la jornada de 40 horas semanales estaba pensada para un contexto, los inicios del siglo XX, que ya no es factible para las parejas actuales y en el que solo un miembro de la familia traía ingresos a casa.
En la situación actual, en cambio, según Belarra, solo se conseguirá la compatibilización de la actividad laboral con las tareas del hogar, y la implicación plena de los hombres en ella, mediante una reducción drástica de la jornada laboral.
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