Todos teníamos asumidas las nuevas elecciones catalanas. Para muchos era un alivio, sobre todo en Madrid, donde la ausencia inminente del desafío soberanista daba margen de negociación entre los grupos políticos en el Congreso para investir a un Presidente del Gobierno en España o, incluso, para convocar nuevas elecciones.
Pero todo ha cambiado. A última hora se ha llegado a un acuerdo por el que mañana mismo se proclamará, salvo sorpresa, a Carles Puigdemont como nuevo President de la Generalitat de Cataluña y se iniciará la cuenta atrás para la desconexión de España del histórico territorio catalán.
Ante esta situación hay un claro partido que puede ser en estos momentos un polvorín a punto de estallar: el PSOE.
Los socialistas han defendido en estas elecciones la necesidad de garantizar la unidad de España y su intención de no aceptar un referéndum. Por otro lado, se han negado a facilitar, apoyar o pactar un gobierno del PP ni siquiera formando parte de él o algutinando a otras formaciones como Ciudadanos.
El dilema es claro: si Podemos marca como una de sus líneas rojas el celebrar el referéndum catalán en el PSOE deben decidir entre estas tres situaciones:
1. Apoyar un gobierno del PP, formando una gran coalición, pactando con el PP o facilitando un gobierno en minoría de PP y Ciudadanos con apoyos puntuales. Este escenario sería el más rápido y la vía más directa para enfrentarse al plan independentista.
2. Aceptar un referéndum en Cataluña, pactar con Podemos y poner en marcha el mecanismo lo antes posible para frenar el avance independentista y convencer a los votantes de que es mejor un futuro unidos.
3. Obviar ambos escenarios anteriores y esperar a la convocatoria de nuevas elecciones (siempre y cuando no consigan convencer a Podemos de renunciar al referéndum, algo que parece muy improbable).
Y a estos escenarios hay que sumar la guerra interna en Ferraz, y es que tras lo que suceda mañana Susana Díaz podría desenterrar el hacha de guerra y pedir “por responsabilidad nacional y para garantizar la unidad de España” asumir el liderazgo del PSOE forzando un Congreso urgente y derrocar a Pedro Sánchez para poder pactar con el PP.
Quién iba a pensar el pasado 27S que unas nuevas elecciones catalanas acabarían, probablemente, en un jaque al PSOE que pinta mal, aunque visto lo visto en Cataluña, no podemos decir que sea imposible acabar en una situación totalmente inesperada. Bienvenidos, electomaníacos, a la nueva era política en España.
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