Después de meses de veto a Pedro Sánchez, cuyas políticas, a juicio del líder naranja, eran equivocadas y suponían una rendición ante los enemigos de España, días antes de que, en septiembre, se tuvieran que convocar elecciones por falta de acuerdo, Albert Rivera ya propuso al PSOE una abstención de Ciudadanos a cambio de tres condiciones: retirada del “pacto” con Bildu en Navarra, compromiso formal de Sánchez de no subir los impuestos, y aplicación consensuada del artículo 155 en Cataluña.
Hoy, en el primer mítin de campaña, Rivera ha dado un paso más y ha detallado un total de diez reformas que, en su opinión, facilitarían notablemente la formación de un gobierno tras las elecciones del 10-N. Aunque según el líder naranja, su opción prioritaria sigue siendo un acuerdo con el Partido Popular, ya no se niega a considerar la posibilidad, siempre que las urnas lo hagan inevitable, de apoyar mediante la abstención, o incluso un voto favorable, a un eventual ejecutivo socialista. El decálogo presentado hoy, al contrario de las exigencias de hace quince días para abstenerse ante Sánchez, no supone un mínimo innegociable, sino que podría ser objeto de debate con el partido ganador tras el 10 de noviembre.
Esta toma de posición de Rivera marca una nueva ruta de cara a la inminente carrera electoral, y supone, quizás, un intento de recuperar el centro político. En esa misma línea estaría el lema que usará el partido “España en marcha”, cuyas resonancias francesas no se escapan a nadie.
Tu opinión
Existen unas normas para comentar que si no se cumplen conllevan la expulsión inmediata y permanente de la web.
EM no se responsabiliza de las opiniones de sus usuarios.
¿Quieres apoyarnos? Hazte Patrón y consigue acceso exclusivo a los paneles.