TVE y los gráficos

Con motivo del histórico descenso del PIB español en lo que algunos en el segundo trimestre del año, TVE ha difundido un par de gráficos que han sido muy criticados.

En este se compara la caída del PIB en el segundo trimestre del año en cuatro países: Alemania, Francia, Italia y España. La sensación, a primera vista, es que se trata de cuatro caídas muy similares, cuando no es cierto porque la de España es muy superior. ¿Cómo es posible? Cuando se presta atención a la escala, resulta que esta ha sido “cuidadosamente” reajustada para conseguir ese efecto.

En el segundo caso, TVE difundió un gráfico comparando la caída actual con la producida en la anterior crisis:

En este gráfico, da la sensación de que el descenso de PIB actual es solo un poco superior al de 2009, cuando en realidad ha sido siete veces mayor. ¿Qué ocurre aquí? Al representar variaciones tan bruscas que “se salen” de todos los parámetros anteriores, a veces es bueno truncar la serie para ajustarla. Eso se representa gráficamente mediante dos rayitas paralelas que interrumpen la línea continua. Pero en este caso el impacto del gráfico es tal, y se dirigía a un público tan general y tan poco conocedor de estas sutilezas que la impresión que da es muy distinta.

Las quejas en redes sociales fueron inmediatas, y TVE corrigió el segundo gráfico para ofrecer una imagen mucho más realista de la situación.

En el primer caso, en el de la comparativa de países, no nos consta que hayan corregido nada. Dado el tipo de gráfico, es casi seguro que sea consecuencia del reajuste automático de la escala que por defecto pueden efectuar programas de edición como “Flourish” y similares. Pero entonces el debate se traslada desde la acusación fácil (manipulación) hasta otra más sutil pero con más calado a largo plazo: incompetencia. Porque una mera revisión de dos minutos hubiera permitido entender el problema, y otra de cinco, solucionarlo.

Quienes trabajamos con datos sabemos que el error siempre acecha. Pero que resulte tan repetido en medios que disponen de cientos de personas en plantilla, que deben y pueden (ya quisiéramos otros tener esa posibilidad) someter toda información, antes de publicarla, a la revisión de varias personas con criterio, da qué pensar.