Llevamos dos meses con una extraña coincidencia en todos los sondeos, que de repente parecen haber olvidado milagrosamente sus diferencias lógicas a la hora de cocinar.
¿Truco o trato?
Solo parecen posibles tres desenlaces:
UNO. La coincidencia responde a la realidad. El 26-J los resultados se ajustarán casi milimétricamente, con diferencias de menos de un punto para cada partido, a lo que dicen todas las encuestas.
DOS. Aún quedan tres días de encuestas. Quizás alguna encuestadora se atreva a aventurar algo diferente antes de que los sondeos queden prohibidos, el día 20 a las 23:59 horas.
TRES. El día 26-J nos llevaremos una enorme sorpresa. La sociedad nos aportará una cocina que ninguna encuestadora se ha atrevido a ofrecer, y los resultados para algunos partidos serán tres, cuatro, o hasta cinco puntos diferentes que los que se están pronosticando.
Se admiten apuestas.
De momento, éstos son los datos:

En Telegram y Twitter mantenemos permanentemente actualizado este canal de información.
15 de junio. La irrelevancia amenaza a los socialistas
http://mobil.derstandard.at/2000038406680/Spanien…
La campaña gira entorno exclusivamente a los conservadores y al partido-protesta Podemos, El Psoe no está en ninguna parte y no consigue volver a ser el centro del debate, pues está reducido a estos dos partidos.
El profesor de ciencias políticas le ofreció ál líder socialista formar una coalición de progreso pero rehusó: fue demasiado fuerte la presión de los líderes regionales, que querían impedir a toda costa la entrada de podemos en el gobierno, y la economía. En su lugar intentó una alianza con los liberales de derechas para que podemos la apoyara tácitamente , pero el plan fracasó ya que preveía la vuelta a la asuteridad.
El PSOE, como el PSF, el SPÖ y el PASOK son un símbolo del dilema de la socialdemocracia: desde hace mucho abandonó su camino y se doblegó a la política de austeridad de Alemania y Bruselas, además las diferencias en política económica con los conservadores son apenas perceptibles.
Iglesias promete medidas que cualquier socialdemócrata de los 70 hubiera firmado.
El PSOE debe elegir: ser parte de la solución o seguir siendo parte del problema. Una gran coalición dilataría el cambio pero no lo evitaría. Y sería un suicidio