Valladolid y Salamanca: el mismo covid, dos reacciones opuestas

Hoy entrarán en vigor las restricciones impuestas por la Junta de Castilla y León a las ciudades de Salamanca y Valladolid por razón del covid-19. La medida tiene un carácter restringido a ambas, y no se extiende de momento a ningún municipio más. El Consejero responsable de las medidas es Francisco Igea (Ciudadanos) y el presidente de la Junta es Alfonso Hernández Mañueco (PP, antiguo alcalde de Salamanca).

Se da la circunstancia de que en estos días se iban a celebrar fiestas patronales tanto en Valladolid como en Salamanca, y que el despliegue festivo suele ser muy parecido en ambas. Lógicamente, todos han relacionado ambas medidas, considerando que Igea tomaba la decisión preventivamente, para evitar males mayores derivados de las aglomeraciones y los excesos.

Pero la reacción de los alcaldes de ambas ciudades ha sido muy distinta. Mientras que el de Salamanca, Carlos García (PP, apoyado por Ciudadanos) ha respaldado las medidas sin fisura alguna, el de Valladolid (Oscar Puente, PSOE) ha cargado de forma rotunda contra la Junta, y personalmente contra el consejero, que finalmente ha llegado a bloquearle en las redes sociales.

Puente califica de irracionales las decisiones adoptadas, que imponen las mismas limitaciones para entrar en un aula que para un pabellón deportivo, aunque este sea cien veces mayor, y anuncia que las recurrirá hasta el final. Según Puente, las decisiones han llevado a una “falta de lealtad institucional, nulo diálogo y la sorpresa absoluta”. Es “absolutamente incomprensible” que el polideportivo Pisuerga, con cabida para 7.000 personas, solo pueda albergar reunir 25 asistentes, mientras estamos “con 25 niños en aulas de menos de 30 metros cuadrados”.

El ministro Illa ha intentado mediar en la polémica diciendo que apoya las medidas que adoptan “todas” las comunidades autónomas, y que es mejor tomar medidas preventivas que arrepentirse después. Polémicas parecidas entre miembros de distintas administraciones pertenecientes a diferentes partidos empiezan a resultar habituales en las últimas semanas, como las discrepancias que en su momento manifestó Quim Torra o las que sigue poniendo de manifiesto Isabel Díaz Ayuso en sus relaciones con el ministerio.